sábado, 2 de enero de 2010

Evangelio Criollo (¡Feliz Navidad pa tuita la paisanada!)


Vida Oculta

Pa que el hombre juera Dios
el mesmito Dios se hizo hombre,
y pa subir con renombre
hasta el cielo nuestro ser,
bajó al mundo pa tener
nuestra carne y nuestro nombre.

Por aquél tiempo de Dios,
viendo al hombre tan bagual,
le envió el Patrón Celestial
a Jesús nuestro Señor,
pa atarlo con ese pial
al palenque de su amor.

1. La Anunciación

Al pago de Palestina
con un mensaje de amor,
se apió el chasqui del Señor
pa preguntarle a María,
si en nombre de Dios quería
ser Madre del Redentor.

Y "Dios te salve, María!
- le dijo el ángel Gabriel-,
pa salvar al hombre infiel
serás Madre de Jesús,
que brillará como luz
en la noche de Israel".

"Vendrá el Espíritu Santo,
su sombra te cubrirá,
y en adelante serás
la Madre de Dios visible,
porque nada es imposible
a su Eterna Majestá."

"Hágase su voluntá",
le dijo entonces María;
y dende aquél santo día
tuvo el hombre la esperanza
que en la divina balanza
siempre el amor ganaría.

2. Visita a Isabel

Y mientras corría el tiempo
conforme al divino plan,
jué la Virgen con afán
a visitar a Isabel,
que según dijo Gabriel
sería la madre de Juan.

Al saludarla su prima
le dijo: "Bendita Tú eres
entre todas las mujeres!"
Y ella dijo en alta voz:
"Bendito más bien mi Dios
que amó nuestros padeceres!".

3. Nacimiento de Jesús

LLegó así el tiempo sagrado
en que Dios debía venir;
el rey pa saber su influir
mandó empadronarse a todos,
y ansí a Belén, de este modo,
José y María se han dir.

LLegaron a la ciudá
con los últimos destellos;
pa tomar algún resuello
golpiaron puertas y hogares,
pero en todos los lugares
no tenían lugar pa ellos.

Y sus hermanos, los hombres,
le negaron sus umbrales;
Él vino a curar sus males
y tuvo, como un mendigo,
que limosniar un abrigo
a una cueva de animales.

Y llegó el tiempo de Dios
pa salú de los mortales;
como un pimpollo que sale
floreció el Divino Niño,
y la Virgen con cariño
lo envolvió con los pañales.

Era una noche de invierno,
todo el mundo estaba en paz;
y amando Dios por demás
al hombre triste y siniestro,
tomó un cuerpo como el nuestro
pa no dejarnos jamás.

Y ansí nomás Jesucristo,
dende su Padre Estanciero,
agarró nuestro sendero
y jué un hombre como todos,
sin dejar por este modo
de ser el Dios verdadero.

Nació en un hueco de olvido
pudiendo nacer con fama;
jué recostado en la grama
porque ni apero tenía;
pudo ser reina su mama,
pero jué Mama María.
.....................

He venido Dios Eterno
seducido por su luz;
pa armar su cuna, Jesús,
en estos pagos hermanos,
con mi poncho de paisano
y unas plumas de avestruz.

Yo le dejo mi guitarra
rebalsando de sonidos;
y mientras queda dormido
con las notas de su canto,
deje que me acerque un tanto
pa escucharle los latidos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario