martes, 16 de agosto de 2011

Consencia

(Pintura: Bernabé Demaría)
Ya van pa'dos semanas que l'oservo
haciéndole asco al mate y al churrasco
y dende aquel rincón gritan los bastos
que si ha negao a la rasión del sueño.

Y ande cuadra floriarse en algún "sielo"
lo hayé como con ñudos en las tabas
y los que cráivan de que usté cantaba,
de su mismo cantar si han estao ráindo.

Y aunque pasó bramando como loco
el rabicano, alsao, por las cuchiyas,
no se safó'e la presiya
ni hamacó su boliadora'e potro.

Y anoche, cuando l'hija'e los Molina,
'elante'e tuitos le brindó su copa,
no salió de sus labios una copla
que pusiera colores a esa china.

A mí m'enseñó a chirlos l'esperiensia
qui ande se sierra vista, pecho y óido,
es (sin que dentre duda) porqui un crioyo
ha costalao ensima'e su consencia.

¡Y és'es usté!, que lo hachó mal a Juancho;
no abaje del cuadril las nasarenas,
encuentre a ese hombre... si la saca güena,
acuérdese recién que tiene un rancho.

Y y'hemos hablao mucho; ¡basta'e prosa!
la piedra di afilar'ta en el mortero,
y dígale a su madre... ¡cualquier cosa!
yeve de mi tropilla el sain'overo.

Los tigres

(Foto: Emiliano Salvador)

-Déjalo al tigre en pas: no seas porfiao,
¿y pa'qué vas a dir?
si aquí los perros 'tan acobardaos
y no tenés si quiera un mal jusil.

-Ricuerde que una ves, 'elante'e tuitos,
usté me dijo ansina:
"Hais'e ser agayudo, ¡gaucho susio!
"pa'levantar los ojos hasta m'hija";
"y si áura mesmo no te dejo el cuero"
"suave como pa'tientos",
"es, sabé, desmadrao!, porque no quiero"
"que denguno haga el cuento"
"que l'he sobao la lonja a mi talero"
"en un maula, ¡canejo!"

Sí; viá dir pa'la selva; 'toy risuelto;
pero... ¡guay! del "overo" si se atraca...
que si él con cuatro patas es ¡muy tigre!
yo también soy ¡muy tigre con dos patas!;
y ay le dejo mi daga;
ni la quiero llevar, ni me hace falta...
que la cosa ha'e ser de bravo a bravo,
de diente a diente... y de sarpa a sarpa...
porque, patrón, ni alos yaguareteses
soy capás'e peliarlos con ventaja.
...............................
Y partió el mozo; y al morir la tarde,
cuando junto al fogón
congregó el "cimarrón" a la peonada,
se oyó piafar nervioso al malacara
trayendo sobre el anca
al majestuoso cuerpo del vencido
con un mordisco enorme en la garganta,
un sangriento jirón de carne gaucha
y en la garra crispada de impotencia,

-Ay lo tienen, pa'ustedes... y colijo...
que los que se riyeron...
quisá cotejen... queno jué'e miedo...
que me dejé retar... ¡mesmo que un hijo!

Arrojó en un esfuerzo al tigre inerme
y quiso desmontar; pero la luz
del candil mortecino
alumbró dos felinos
abrazados en cruz.

Renacimiento


(En la criolla, Octubre de 1897)

Como si un broto de vida
sobre todo se extendiera,
pide al sol la primavera
su vestimenta florida.
La yerba buena dormida
deja su sueño inocente;
y decorando el ambiente,
quebracho, molles y talas
sacuden sus nuevas alas
al borde de la corriente.

Suenan diversos acentos
en vertiginosa gira
y el zorzal presta su lira
para saturar los vientos.
La calandria con alientos
su mejor canción arranca
y el chingolo, en forma franca
cuenta sobre las colinas
que ha visto ya golondrinas
trabajando en la barranca.

Así, después del rigor
con que nos trató el destino,
vuelve a tomar su camino
la Criolla de nuestro amor.
Renace con el calor
de otra especial primavera;
y al levantar la visera
no tiene más pretensiones
que las firmes convicciones
escritas en su bandera.

Vuelve a encenderse el fogón
con cautelosa paciencia,
vuelve a sentirse la esencia
del sencillo cimarrón.
Vuelve a encontrarse en acción
el apero y sus alhajas;
y en las malvas y borrajas
muestran las marchitas hojas
las señaladas congojas
que les dejan las rodajas.

Vuelve el estilo a pedir
su lugar en la jornada
y la décima olvidada
vuelve otra vez a vivir.
La emoción al resurgir
su antiguo sendero agarra
y tendiéndose bizarra
llega, lozana y hermosa,
a suplicar cariñosa
que la copie la guitarra.

Pero, en estas impresiones,
tan rurales como viejas,
no caben las bravas quejas
de los urbanos campeones.
No se buscan sensaciones
por buscarlas solamente,
se buscan porque se siente
la atracción de ese pasado,
cuna de un tipo formado
para gloria del presente.

domingo, 14 de agosto de 2011

Consejos del Viejo Irala

(Pintura: Carlos Ripamonti)
-Por mi cencia y mi concencia
La gente me llama “El Zorro”
y no te ofendás, cachorro,
si te alvierto en la dentrada
que al hablar, poco me agrada
que naide me corte el chorro.

Dejame , pues, redamar
la tinaja de mi cencia,
y escuchame con pacencia
pa' madurar mi razón;
a cambio de tu atención
yo te daré mi esperencia.

Nací como todo bicho
en sus cuevas o pajales:
las diferencias formales
sólo están en el vivir.
Al nacer como al morir
los hombres semos iguales

Trabajar jué mi destino
dende que aprendi a ensillar
me mandaron boyeriar
y boyeriando mis güeyes,
no pude aprender más leyes
que la ley de trabajar.

Pero aunque el trabajo es duro,
pior trabajo es no hacer nada;
por eso en la repechada
nunca afluejo aunque me enferme
Al camarón que se duerme
lo lleva la correntada.

Pensá en Dios pero no creas
en brujos y charlatanes
que viven como haraganes
emponchaos en la penumbra...
No hay más candil que el que alumbra
ni trigo que el que hace panes.

Cuando una pena traidora
te engüelva en su cerrazón
sacá en limpio la razón
que motivó tu tristeza.
Se atajan con la cabeza
los golpes del corazón

No te aflijas por tener
ni envidiés bienes ajenos,
la suerte lleva a los güenos,
pa el rumbo que les conviene.
No es más rico el que más tiene,
sinó el que vive con menos.

Cuando de puro atorao
pensés mejorar de puesto,
acordaté siempre de esto
pa sofrenar tu ambición:
al caballo comilón
hay que acortarle el cabresto.

Al que te quiere alegar
no le pongas mala cara;
y al que porfiao, te toriara,
debés contrariarlo poco:
Siempre hay que correrlo al loco
Pal mismo lao que dispara...

Y no te hagas malos juicios
del hombre que ha rifalao,
que muchos se han desbocao
contra el pobre que cayó
y al tiempo los vide yo
rengueando del mismo lao.

La amistad es trigo maduro
que es necesario emparvar,
y lo que digo al pasar
nunca lo echés en olvido:
amigo que se ha perdido
ya no se vuelve a encontrar.

Mas no te abrás demasiado
al que el lomo te palmea
y rigalarte desea
sin que nada se lo mande
Cuando la limosna es grande
hasta el santo disconfea.

No te pasés de hablador
que hablar mucho es imprudencia;
ande no alcance tu cencia
pegale a la lengua un ñudo...
no hay juez que condene a un mudo
por falta de conocencia.

El que es pícaro de vicio
y en la bondá no se fía,
si supiera la alegría
del hombre manso y sereno,
tendría que hacerse güeno
tan sólo por picardía.

No le recordés a nadie
los defetos que tuviera;
yo te hablo de esta manera
por las probanzas que tengo...
Nunca hay que pasarle al rengo
por el lado de la cojera.

Cuando una ocasión sigura
con sus ventajas te tiente,
áhi nomás clavale el diente
y acomodoate a lo perro;
a la ocasión como al fierro
hay que golpiarla caliente.

Si te quisieran llevar
como ciego a la capilla,
no desatés la presilla
y hacéte prudenciador...
La chala se ve mejor
cuando se acaba la trilla.

Buscale la comba ala palo
de esta verdá que te explico
y no estirés el hocico
al revoliar de los cobres.
En la salú de los pobres
está la plata del rico.

Ricordá que aquel que sube
a cualquier punto que sea
ha de hacer que la marea
no le socave la estiba...
El que pica más arriba
es el que más se golpea.

No andés cambiándo de oficios
ni salgás de tus encierros;
el que vive de los fierros
no debe olvidar la fragua.
¡Carpincho que deja el agua,
contramiar lo hacen los perros!

Jugá si querés jugar
al juego que te divierta,
mas nunca se te haga cierta
parada que se embarulla;
donde te muestran la tuya
está la contraria en puerta.

Y si querés carreriar
no andés buscando revancha;
yo también hice pata ancha
y me he convencido luego
que plata ganada al juego
güelve otra vez a la cancha.

Y es al ñudo arrimpujar
si la suerte anda matrera;
el que acierta una carrera
y en otra se desbarranca,
nunca se va sobre el anca
sin esperar la tercera.

Jamás peliés por peliar
sin motivo valedor,
pero al que ataque tu honor
parale el pasmo enseguida;
toda ofensa consentida
trái otra ofensa mayor.

No le hagás caso al que amague
y al amagarte se altere,
ni al que rigalarte quiere
pensando en lo que recibe...
De rigalos no se vive
ni de amenazas se muere.

Acostumbrate a bailar
al compás del estrumento,
y pa'risollar contento
hasta ponerte rechoncho,
aprendé a terciarte el poncho
del lao que te ataje el viento.

En las trenzadas a fierro
afirmate en los garrones,
y no perdás ocasiones
de ventajearlo al más pillo,
con un ojo en el cuchillo
y el otro en las intenciones.

Naide se debe acostar
sin aprender cosa nueva,
y si querés una prueba
es esta que aquí tenés:
Ricordá a quien le debes
mucho más que a quien te deba.

Al que sabe andar derecho
no se le tuerce el arao
y ñandú que uno ha boliao,
otro lo despluma luego...
Al zonzo cambiale el juego
y al vivo hacelo a un costao.

Todas las mañas están
en esconder los reveses;
por cuidar tus intereses
no descuidés la manija...
Al que estira la cubija
se le destapan los pieses

No pidás a quien vivió
en la complacencia ajena,
ni te amilane la pena
de andar apurao de chala.
Cuando más se anda en la mala,
más se acerca uno a la güena.

Por siempre en campo verde

Injusta nombradía te has ganado
de "malentretenido" y es por eso
que tienes la pupila casi en hueso
y un profundo dolor en el costado.

No quieres que te entierren en sagrado
bajo una losa de costumbre opreso
porque tendrás la llave del regreso
si en cuerpo y alma quedas desatado.

Si, que te pisen chúcaras haciendas
donde los vientos no conocen riendas,
donde la vista pródiga se pierde...

Ese es el buen final que has elegido
para esquivar las trampas del olvido:
ese yacer por siempre en campo verde.


Elecciones 2011

¡Argentinos: llego el dia,
volveremos a votar
seguro que va a ganar
el candidato elegido.
Gane tal, o cual partido,
por sufragio popular
tendra el pobre que aguantar
hasta que lo trague el "hoyo"
o hasta que venga algun "crioyo"
EN ESTA TIERRA A MANDAR...!

¿Te acordás mi china?

(Pintura: Molina Campos)
¿Te acordás, china adorada,
de aquella noche tan grata,
que siendo el santo‘e tu tata
se reunió la paisanada?
Noche de baile y payada
pa’ mi la de más fortuna,
noche linda cual ninguna
pa’ despertar las pasiones,
y que brillaron facones
al resplandor de la luna.

Vos te habías abajerao
un traje color limón,
con una cinta punzó
hecha moño en el painao;
un pañuelo colorao
te cáiba hasta el cinturón,
y había tanto almidón
debajo de tu vestido
que las naguas hacían ruido
lo mesmo que un ventarrón.

¿Te acordás que te saqué
pa’ un gato con macachines,
y te polvié los botines
en cuanto lo escobiyé…?
Me miraste, te miré,
y al decir la relación,
vos miraste pa’ un rincón
pa’ver si óiba tu mama,
y ansí mostraste la rama
florida, de tu pasión.

Cuando te encaraste a mí
te pusiste como guinda,
y al verte tímida y linda
con más hambre me sentí;
creo que te dije ansí
después del escobiyao:
“Cuando me sirven asao
soy más glotón que un muchacho,
quisiera comerte un cacho
aunque me muera empachao”.

Al óirme la relación
te vino como de intento
un juerte estremecimiento
desde la nuca al garrón,
y con un tono burlón
y la miradita gacha
me dijiste: “Aunque muchacha
le contesto su endilgada,
cuando no es carne cansada
ni el más chapetón se empacha”.

En eso un mamao gritó
que salga el que sea varón,
y al candil de un sacudón
con el poncho lo voltió;
y en cuanto oscuro quedó
te saqué rumbo al poniente,
te apliqué un beso en la frente
que tu jagüel fue testigo,
y lo demás… no lo digo…
porque me oye mucha gente.