viernes, 7 de mayo de 2010

Los tesoros del indio

Hoy ando sufriendo de una pena enorme
y quisiera juirme, no se ni pa'dónde...

Es que mi huahuita se ha venío de golpe
preguntando: - "¿Tata, porqué somos pobres?"

Yo quise contarle cualquerita cosa,
pero como nunca me'i cayao la boca,

Mi he quedao mirando su vestido viejo,
su boquita juerte, huayco de mis besos.

Mi he quedao mirando su carita'i bronce,
sus ojos de koya, mitracita'i noche...

He mirao mi poncho, mis pobres ushutas,
y estas manos mías: curtidas y oscuras.

Y he sentío e golpe ganas de gritarle,
¡Huahuita! ¡si somos más ricos que naides!

Tenimos los cerros, los valles inmensos,
¡tenimos todito: la tierra y el cielo!

Y aquí están los ríos, rosadas las albas,
las tardes de oro, las noches de plata,

El sol que nos mira todas las mañanas.
El tiempo del Inca fue Dios de la raza.

El indio y el cóndor, sabelo mi guagua,
son dueños del mundo cuando abren las alas...

¡Duérmase guagüita, duérmase tranquilo,
que seremos ricos todita la vida!

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