sábado, 27 de febrero de 2010

Reflexiones de un gaucho


Con la frente descubierta,
la melena negra y lacia,
trae la verdad y la gracia
un criollo que se despierta.
Viene a golpearle la puerta
del Congreso Americano,
que desde tiempos lejanos
tiene una deuda sagrada;
y ha venido con la espada
de la verdad en la mano.

Vengo a reclamar lo mío
que por bueno me han quitao,
dejándome tan despilchao
que cuasi he muerto de frío.
Vengo con odio, con brío;
hastiao de un tiempo sufrido,
razonable y convencido
que aunque es pueblera la cancha,
yo he de ganar la revancha
si no es tramposo el partido.

Y a causa de esas razones
del congreso americano,
le van sacando al paisano
los últimos patacones.
Lo llenan de obligaciones,
siempre hay algo que pagar,
por guías, por señalar,
impuestos, marcas y sellos,
y hasta pagarles a ellos
pa que apriendan a charlar.

Nos quitaron las haciendas
a medias con el pulpero,
después las lanas, los cueros,
caballos, matras y priendas;
y en medio de esas enmiendas
creyendo de mejorar,
no se fijan al pasar
sobre su querida pampa,
se va perdiendo se estampa
su patria, pilchas y hogar.

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