jueves, 11 de noviembre de 2010

Qué rancho quedará vivo...


Del rancho varios se han ido…
Cuando no hay pan ni trabajo,
A veces se deja el gajo
Pa´ armar, donde hay pan, el nido.
Esto es lo que ha sucedido,
Tiempos tristes, campos secos,
Y entre dos horcones chuecos,
Quedó un rancho en el barranco…
Que parece un poncho blanco
Que va arrastrando los flecos…

Todo parten, y en lo hondo
Se halla serio el esquinero
Adonde dejó el hornero
Su humilde mundo redondo.
En la aguada se ve el fondo
Por que nadie va a beber,
Y el rancho al atardecer,
Sangra por el horizonte…
Pero los brazos del monte
No lo dejarán caer.

Quedó el piso desparejo
Que hoy nadie barre ni moja
Y no se oye la coscoja
Del manso overo azulejo.
Ya no se hecha el perro viejo
Al costado de la puerta.
Descansa el tero, que alerta
Fue servicial al momento…
Si hasta el jagüel de sediento
Murió con la boca abierta.

No se oye el silbido agudo
Que hacía dar frente a un bagual,
Y de a poquito el corral
Se empezó a poner barbudo.
Ya no se ve un cuero crudo
Con el hollejo pa´ afuera,
Ya no se ve la mansera
Ni un tropero con su grito…
Y se perdió el caminito
Del rancho hasta la tranquera.

Todo es silencio, aunque luche
El rancho por ser oído,
Más, de que sirve el sonido
Si no hay nadie que lo escuche.
Y aunque se encuentra en el buche
De la boca de la nada,
Quedo una cumbrera arqueada
Con la forma de una cuna…
Debe ser por que la luna
De noche la usó de almohada.

Cuando el destino disponga
Que ya no aguante el pampero,
Y la lluvia en el alero
No se cante una milonga.
Cuando mi rancho se ponga
Tal como el que les describo,
Cuando el mate del estribo
No tenga gusto a regreso…
Tan solo sabrá el progreso…
¡Que rancho… quedará vivo…?

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