domingo, 21 de noviembre de 2010

La carta

(Dibujo: Arancio)
Sabés Pancho, ando tristón,
dende que se jué mi china
me ha quedao como una espina
clavada en el corazón.

No es que me duela su olvido
¿se jué? güeno, Dios la ampare
p'ande irá si es güey que no are
o no halle su merecido.

Unas se van y otras güelven
y es verdá reconocida
qu'estas cosas de la vida
con callarse se risuelven.

Pero a vos, que sos mi hermano,
mi amigo viejo, no puedo
ni andarle escondiendo el miedo
ni mezquinarle la mano.

Y sabás, que de apurada
la china, la noche aquella,
entre las cacharpas d'ella
dejó una carta olvidada.

Es tuya, y al leerla Pancho,
m'entero que le avisás
qu'en el monte la esperás
pa llevártela a tu rancho.

Ahi te la mando; el secreto
vale un galope a caballo
pero andá a saber, si te hallo,
la imprudencia que cometo.

Qu'esto quede entre los dos:
rompela, pues redepente
se pierde, y sabe la gente
qué clase de amigo sos.

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