jueves, 10 de marzo de 2011

En la "María Elisa"


Sobre la verde extensión
del hermoso campo abierto
resuenan tristes "a muerto"
las voces del corazón;
es que llega la oración
y ya del sol los reflejos
se pierden allá a lo lejos
entre las verdes alfombras
mientras se cubren de sombras
los alfalfares parejos...

Lechuzas de mala estrella
en hondas meditaciones
como si fueran mojones
se paran contra la huella;
de vez en cuando descuella
el grito del teru-tero
y algún chimango agorero
equilibra en el alambre
mirando con ojos de hambre
la gordura de un ternero.

La novillada vencida
a las moscas le dispara
y en el lindero se para
contra el alambre reunida,
de vez en cuando aburrida
fuertes mujidos entona,
y como rez de la zona
un lindo toro rosillo
hincha el lomo y se hace ovillo
mirando una vaquillona.

Galope tendidoy largo
bien a la nuca el sombrero
va recorriendo un puestero
las haciendas a su cargo,
se para y con gesto amargo
ve que ha muerto un "empastao"
sobre el basto del recao
toma nota en la libreta
mientras un halcón "sotreta"
de gritos "alborotao".

El mayordomo en carruaje
regresa alegre y feliz
y la doliente perdiz
silba su adiós al paisaje.
Ya reunido el paisanaje
se rodea en el fogón,
canta un criollo una canción
que a sus tristezas amarra
y se abraza a la guitarra
mientras muere la oración.

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