lunes, 4 de julio de 2011

Relato campero


Bueno, les viá a relatar
si van parando la oreja,
alguna cosita vieja
que a tuitos les va'agradar,
el caso que viá contar
pasó en una pulpería
en una ocasión había
un gran montón de paisanos,
y que casi dos hermanos
se achuran a sangre fría.

Resulta que un aparecero
muy lindamente cantaba
y cantando desafiaba
al payador más coplero,
cuando salió un forastero
diciéndole sobre el pucho:
"Yo a naide le tengo chucho
y ande la suerte me cuadre,
no habrá perro que me ladre
aunque mi estudio no es mucho".

Bueno, hay nomás se trenzaron
¡amalhaya quién lo viera!
mientras los gauchos de afuera
tuita su plata jugaron;
después que se atropellaron
lindamente y con valor,
salió un viejazo cantor
y a uno de los dos le dijo:
"Suspendé la cuestión, mi hijo,
que tu contrario es mejor".

Se alborotó el avispero
ni bien el viejo dió el fallo
y ya salió cada gallo
puntiando p'al reñidero;
se iban a ojalar el cuero
con las dagas en la mano,
mientras aquél veterano
a su hijo repetía:
"¡Qué vas a hacer, Virgen mía,
si ese cantor es tu hermano!"

Saltó atrás el forastero
y tuita la paisanada
abrió la plata jugada
formándose un entrevero;
resulta que ese coplero
era el hijo preferido
que ese viejo había tenido,
y una vez siendo muchacho,
estando medio borracho
dejó a otro criollo tendido.

Desde entonces nadie vió
ni el rastro de ese paisano,
que juyendo por el llano
como veinte años vivió,
la suerte lo condenó
a vagar tuita la vida
sin tener una guarida
donde esconder el pellejo,
sin ver más al pobre viejo
que era su gloria querida.

Y después de tanto andar,
juyendo de pago en pago
lo mesmo que gaucho vago
siempre ayuntao al pesar,
allí se vino a encontrar
en aquella pulpería
con el hombre que otro día
le supo dar un consejo,
y al que mirarlo tan viejo
casi no lo conocía.

Entonces sí, Santo Dios,
los cantores se abrazaron
y las lágrimas rodaron
en la cara de los dos;
naides alzaba la voz
y en la humilde pulpería,
ni una mosca se movía,
mientras sentao en un banco
aquél viejo veterano
gruesas lágrimas vertía.

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