miércoles, 13 de mayo de 2009

Milonga del peón de campo



Yo nunca tuve tropilla
siempre he montao en ajeno,
tuve un zaino que por bueno
ni pisaba la gramilla.
Paso una vida sencilla
como es la del pobre pión,
madrugón tras madrugón
con lluvia, escarcha o pampero...
¡A veces me duelen fiero
los higados o el riñón!

Soy pión de la Estancia Vieja,
partido de Magdalena
y aunque no valga la pena,
anote que no son quejas:
una tranquera con rejas,
un jardín grande, un chalé...
lo recibirá un valé
que anda siempre disfrazao.
¡Mas no se asuste, cuñao,
y por mí preguntéle!

No se le ocurra explicar
que viene pa´visitarme:
diga que viene a cobrarme
y lo han de dejar pasar...
El hombre le va indicar
que siga los ucalitos
al final está el ranchito
que han levantao con mis manos:
esta es su casa ,paisano,
¡ahí puede pegar el grito!.

De entrada le vi´a mostrar
mi mancarrón, mis dos perros,
varias espuelas de fierro
y un montón de cosas más.
Si es entendido, verá
un pocho de fina trama
y el retrato de mi mama
en donde rezo pensando,
mientras la voy adornando
con florcitas de retama...

¿Que puede ofrecer un pión
que no sean sus pobrezas?
A veces me entra tristeza
y otras veces rebelión...
En más de una ocasión
yo quise hacerme perdiz
pa´tratar de ser feliz
en algun pago lejano...
pero la verdad, paisano,
¡me gusta el aire de aquí!...

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