miércoles, 13 de mayo de 2009

Este oficio de cantor.


Porque siempre me ha gustao
abrazarme a esta madera,
hoy suelto de mi asidera
el lazo más entonao.
La guitarra me ha invitao
por milonga a este floreo
y ya que justo me veo
en esta rueda de criollos:
via a tirar con todo el rollo
el pial que en el pecho llevo.

Tuve la suerte, señores,
de haber nacido Argentino
y pa' mejor el destino
me entreveró entre cantores.
Oficios habrá mejores
pero entrando a comparar
nadie me puede negar
que entre el cuervo y el jilguero:
está de luto el primero
porque no aprendió a cantar.

Esta es mi vida nomás
y yo la elegí a mi modo,
donde quiera me acomodo
si es que me hacen un lugar;
me gusta poder cantar
cuando esta guitarra toco,
a nadie envidio, provoco
cuando mi voz desembucho:
hay quien es pobre con mucho
y yo soy rico con poco.

Porque lo quiso mi estrella
soy distinto que el hornero
donde me invitan me quedo
donde no, sigo la huella.
Tal vez nunca me haga mella
no haber tenido mi nido,
yo soy cruzao con camino
y aunque por muy andador:
nunca me falta un rincón
en el rancho de un amigo.

Y ya nomás me despido
con esta pampa milonga.
Ya sabe, cuando disponga
puede ir contando conmigo
cuando me pegue el chiflido
llegaré hasta su fogón
llevando en mi diapasón;
mi canto hecho de esperanza
y si con esto no alcanza
les dejo mi corazón.

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