jueves, 17 de febrero de 2011

Sauce llorón


Ahí tiene al pobre sauce
que en el apuro por vivir, ni piensa;
quiere ser árbol dimasiado pronto
y la vida le cobra la inocencia!...

Se jué mesmo a la orilla del arroyo
pa tener l'agua cerca:
con eso y tierra gorda
la estaquita se vido en la riqueza...

Se sentía con sangre en abundancia
como pa ser más grande que cualquiera
se ráiba de los talas de diez años
que igualó en tres o cuatro Primaveras.

Y con l'alma vacida,
y con agua en las venas,
solamente vivía
pa sentir su madera...

Un día, riparó que le arrastraban
sus ramas por la tierr,
las quiso levantar, y ya no pudo:
no le daban las juerzas!...

Vido que otra grandota,
como brazo estiráo haciendo señas,
se le diba cayendo en el arroyo
y, apenas si podía sostenerla!...

Por la primera vez, los viejos talas,
le causaron impresión, y los observa,
y sin verles la forma ni el tamaño,
busca el sentido que la flor expresa!...

Era una gloria de alegría el monte:
el Sol se vino a curiosear la fiesta,
tentáo por el barullo de los pájaros
y se quedó mirando dende ajuera...

Era una gloria de alegría el monte!
Si clarito se veía,
que las plantas sentían la ventura
de gozar sin fatiga la existencia!...

Ni la más infeliz, estaba triste;
los talas más fornidos, sin soberbia,
embobáos de mirarse unos a otros
las florcitas abiertas!...

Sin envidias ni nada;
l'alma limpia, serena,
se hace güena la vida,
aunque, mesmo, no sea...

El sauce, que seguía tironeando,
mira po'entre las cejas,
quiere alegrarse, pero ya no puede:
lo vence la tristeza!

Siente que en el vicio se le jué la vida;
que es la vejez de l'alma su flojeza,
y se tapa la cara con las manos...
y llorando se queda!...

No hay comentarios:

Publicar un comentario